[ Miharu ] (
dreamelodious) wrote2019-10-16 04:52 pm
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[Writing] 100 words challenge
Reto de 100 palabras que estaré realizando cada vez que me acuerde, la mayoría de los escritos son sobre canons o ships en los que estoy muy invested, incluso algunos aus muy fumados que me he pegado. Iré linkeando en la tabla para que sea más sencillo encontrar el que les llame la atención. Aquí vamos~
001. | Sometimes | 002. | Believe | 003. | Gratitude | 004. | |
005. | Music |
006. | |
007. | |
008. | Snow | 009. | White | 010. | Hope |
011. | Adorable | 012. | Pattern | 013. | Red | 014. | Fear | 015. | Captive |
016. | Watch | 017. | Dance | 018. | Alarm | 019. | Dying | 020. | Fan |
021. | 022. | Past | 023. | Short | 024. | Reflection | 025. | Coffee | |
026. | 027. | Breathtaking | 028. | Movie | 029. | Hands | 030. | Laugh | |
031. | Honesty | 032. | Home | 033. | Travel | 034. | Ship | 035. | Two |
036. | Wonderful | 037. | Urban | 038. | Blessing | 039. | Warm | 040. | Chocolate |
041. | Blanket | 042. | Stars | 043. | Darkness | 044. | Light | 045. | Simple |
046. | Past | 047. | Fall | 048. | Blue | 049. | Eyes | 050. | Sadness |
051. | Brick | 052. | Style | 053. | Fault | 054. | Forgiveness | 055. | Suitcase |
056. | Indirect | 057. | |
058. | Puzzle | 059. | Grace | 060. | Fire |
061. | Toys | 062. | Riddle | 063. | Open | 064. | World | 065. | |
066. | New | 067. | Hunger | 068. | Formula | 069. | Willpower | 070. | Temperamental |
071. | Genetic | 072. | |
073. | Thirsty | 074. | Ballad | 075. | Smelly |
076. | Ice | 077. | Crying | 078. | |
079. | Friendship | 080. | Book |
081. | Dare | 082. | Fruit | 083. | Owl | 084. | Killing | 085. | Scream |
086. | Waste | 087. | Path | 088. | River | 089. | Stand | 090. | Horizon |
091. | Energy | 092. | 093. | Stunning | 094. | Collect | 095. | Photograph | |
096. | Growl | 097. | 098. | Nest | 099. | 100. | Leaves |
#52 - Style [Jairosas]
Por muy solitaria que fuese su vida, el pasar un viernes por la noche acompañado de grabaciones de robos y un café jamás habría sido su panorama preferido, pero, si era sincero, podría ser peor.
Mucho peor.
Podrían ser grabaciones de robos en estacionamientos o en tiendas departamentales, no obstante, para su fortuna (o desgracia) eran elegantes puestas en escena, con aquel estilo característico del ladrón que su paciencia hacía agotar. Eran grandes escenografías de espectáculos a la luz de la luna e ilusiones imposibles bajo el cielo estrellado. Tal vez si fuesen en otra situación...
...No, se niega a reconocerle algo.
No es que a él le gustasen esa clase de cosas, y con esa clase de cosas se refiere a la sensación de sentirse timado por algo que no comprende. A él le gusta conocer, explorar, descubrir... Todo lo contrario a lo que realiza el ladrón más necesitado de atención que ha conocido. Porque KID es muchas cosas y entre ellas está el ser amante de las miradas sobre él. Porque por supuesto que las ama, se repite mentalmente el detective al ver su desplante en la pantalla, se le nota en cada movimiento tras las exclamaciones del público maravillado.
Tampoco es que culpe a las personas que asisten a sus espectáculos; no es responsabilidad de ellos que aquel ladrón disfrute tanto de los aplausos y de las miradas sorprendidas. Si les recriminara algo, sería como si culpase a la víctima en un crimen, y aunque por experiencia sabe que hay una razón por la cual terminan como terminan, siempre la decisión final la tiene el perpetrador que sigue adelante. Esa es la lógica, esa es la forma que siempre ha tenido de pensar y no será ahora que la cambie.
Por ello no puede culpar a las personas por reunirse alrededor de los robos de KID, por emocionarse y llenar de halagos al hombre que de blanco destaca entre la oscuridad de la noche.
Y aunque no le guste admitirlo, KID es diferente a los demás ladrones. Hay algo, más allá de su estilo característico, una cosa que no puede realmente descifrar, algo que hace al ladrón fantasma robar su atención. Y no se refiere a su horrible sentido del humor o a su abuso de confianza, tampoco a lo desvergonzado que es ni a la sensación que le da de conocerlo de siempre. Es algo más, es algo que no está seguro que pueda colocar en palabras si alguien le preguntase.
Es algo que, quizá, simplemente prefiere dejar para la noche donde por fin le pueda capturar.
#42 - Stars [Yuuto & Zack]
Sin saber bien cuándo ocurrió algunas cosas se volvieron costumbre para él. Desde el sonido de las aves madrugadoras cuando sale a correr hasta el aroma a comida fresca que sale de los locales del centro, desde las conversaciones banales que zumban en sus oídos hasta la sonrisa en los rostros de sus más cercanos en este lugar. Todo se volvió una rutina que a rápido paso logró adoptar sin darse realmente cuenta. Era extraño pero no malo, se sentía cálido, incluso si en las noches, presionando una pañoleta roja, sabía que estaba mal disfrutar.
Porque él no podía, al final del día, completamente olvidar. Después de todo, aquel que ya no está cuando prometió hacerlo jamás se puede perdonar el fallar.
Esas son cosas que ya no habla, que ya no repite todos los días cuando alguien le dice que está bien que sea feliz, que disfrute su estancia en este lugar que desea darle una oportunidad. Hay cosas que sigue pensando, que sigue odiando de toda esta situación, sin embargo, hay cosas que ha aprendido a amar, a estimar, a tratar como joyas que en ningún otro sitio podría obtener.
Y en las noches, llorando en silencio junto a una pañoleta roja, se pregunta si algún día dejará de sentirse así de mal. Dejar de sentirse mal por mirar el cielo y sonreír, por mirar el sol y agradecer tener esa segunda oportunidad, por mirar la luna y poder apreciarla más allá de una compañía en una noche de vigía.
Se pregunta si dejará de culparse por disfrutar de las estrellas en compañía de alguien más, de alguien a quien sin dudarlo puede confiarle su espalda y cerrar los ojos para sólo suspirar riendo.
No está seguro de si ese día, o noche, en algún momento realmente vendrá, pero, presionando una pañoleta roja dentro de su bolsillo, le dice a un pelinegro si desea quedarse a cenar.
#14 - Fear [Mutsu ft Segunda unidad]
Ser Mutsunokami Yoshiyuki es sencillo. Sólo hay que seguir un par de ideales que se tienen claros desde el momento de la manifestación y sonreír, sobre todo sonreír. También hay que soñar. Nunca detenerse, alzar ambas manos al cielo y querer abarcarlo todo. Hay que tener alma de aventurero, no tener miedo a lo nuevo, atreverse a ser pionero.
Ser Mutsunokami Yoshiyuki no es complicado. Sólo hay que asumir que no todos entenderán, que las demás espadas tienen historias que les atan las alas y que su nuevo maestro tiene asuntos que no puede posponer. También hay que aprender a cumplir siempre las misiones, pero nunca abandonar el corazón recién despertado en ellas. Hay que tener la fuerza para no descansar, para no parar; hay que no tener miedo a decir lo que piensas y jamás buscar lastimar a los demás.
Parecen muchas cosas pero, en realidad, una lleva a la otra, y Mutsunokami tiene todas grabadas a fuego en esa alma que es más sabia de lo que permite ver. Esa sonrisa que de manera animosa se quita los problemas de encima como polvo al limpiar.
Y no es que lo oculte, sólo que nadie realmente ve. Nadie fuera de su nuevo maestro se da el momento de sentarse a su lado a escuchar de sueños y viajes, de lo nuevo que ha descubierto, de lo emocionante que es sentirlo todo.
Es lo normal y lo sabe.
Lo normal es que él sólo ría de los problemas, que huya esquivándolos como ataques enemigos y que parezcan balas que no han dado en su objetivo. Lo normal es que nadie note que está ausente, que algo ensombrece sus ojos cuando ve a todos juntos o que se le ignore por sus ideas vanguardistas.
Lo normal, en sus palabras, es estar siempre ahí para quien lo necesite, sin esperar que alguien esté ahí para él cuando los problemas lo alcancen.
Por eso, cuando la normalidad se acaba, Mutsunokami se pregunta si puede seguir siendo el mismo Mutsunokami de siempre. Por eso, cuando se forma la segunda unidad y le dicen que ya no estará solo... Mutsunokami no sabe bien cómo reaccionar.
Él, que no conoce su lugar y siempre busca alegrar a los demás.
Él, que no sabe qué es tener alguien que cuide de su espalda para poder descansar.
Él, que no entiende cómo donde él ve posibilidades, los demás sólo ven obligaciones.
Y le cuesta, lo deja sin aliento, lo deja sin poder dormir la simple idea de que quiere ser aceptado, de que quiere experimentar lo mismo que cualquier humano al sentirse parte de algo. Y tiene miedo, incluso si lo oculta en sorna al Capitán que parece jurarle que no lo soporta. Miedo a los ojos fríos de un azabache que le encantaría hacer sonreír. Miedo a no ser más que un ladrón de la paz que aquel grandote porta. Miedo a la inocencia en aguamarina que no quiere estropear.
Pero el mayor miedo de todos es el miedo a no ser suficiente para protegerlos. Y eso lo deja sin dormir, incluso si finge sus ronquidos y cuando todos abren los ojos, él trata de seguir dormido. Ser el último en despertar le da el tiempo suficiente para ver cómo son todos cuando él no está.
Mas, sabe que no es suficiente, sabe que desea más.
Sabe que lo que realmente quiere es confiar y ser parte de ellos. Quiere sentir lo que los humanos llaman compañerismo, lo que Ryōma sentía cuando reía junto a sus aliados, eso que hace burbujear su memoria con sólo pensarlo.
Y así lo decide, no se ocultará de ellos. Les mostrará todo lo que ser Mutsunokami Yoshiyuki significa y, soñará, aún si es con miedo, el ser algún día parte de ellos.
#93 - Stunning [Mutsu ft Izuminokami]
Le cuesta un poco, tal vez más que un poco, el darse cuenta que más que molestar, la presencia del pelinegro le atrae.
No es que Izuminokami Kanesada le desagrade como persona, es la forma que tiene de ver todo en negro y blanco lo que le hace hervir. Se tiene que repetir, incluso si Horikawa se lo menciona, que es un tema de eras, de dueños, de ideales. Que no es culpa del más alto ser un estirado con una moral que raya la locura por tan estricta. Que no es culpa de Izuminokami el ser cómo es, pero sí la tiene por seguir tercamente abrazado a algo que ya pasó. Sí, que sabe que él es mayor y no debería molestarle, no obstante, le molesta. Más de lo que gustaría.
No es que Izuminokami Kanesada sea insoportable, sólo es terco y rígido. Sólo no sabe disfrutar la vida. Sólo parece no poder conectar el corazón nuevo con su cuerpo humano.
O eso es lo que cree. O creía. No está seguro a esta altura.
Sólo sabe que la imagen de frialdad y lejanía se derrite bajo la ardiente determinación de quién es el capitán de la segunda unidad. Sólo sabe que bajo esa rectitud hay un alma tan intensa que puede derretir el hielo y que puede lograr que todos confíen en él. Sólo sabe que Izuminokami logra lo que él no pudo a la primera, plantarse fuerte para que todos se apoyen en él. Para que confíen en él.
Y le da un poco de celos, y a la vez, es deslumbrante.
Izuminokami Kanesada es deslumbrante.
Alguien tan distinto a él, tan lejano, tan contrario, logra con rapidez lo que él tanto desea: ser aceptado. Y no sólo habla de Horikawa que siempre está detrás de él, sino de los otros que confían en sus decisiones y le siguen. Le cuesta ponerlo en palabras, pero incluso él ha terminado aceptándolo como capitán a pesar de todas las réplicas iniciales.
Le cuesta admitirlo pero, sólo tal vez, sus ojos no pueden dejar de perseguir esa llama que arde bajo el haori de quien antes fue un enemigo.
#70 - Temperamental [Mutsucositas]
Y eso incluye el hacer felices a los demás. Aunque cualquiera diría que su concepto de hacer feliz a Izuminokami es un poco...un poco distorsionado.
¿Qué hacerlo gritar, gruñir y perseguirlo no es una forma de animar a otro?
Cuestionable a su parecer, especialmente porque cuando ambos chocan, es cuando más siente que ve al verdadero Izuminokami. Es cuando más en sintonía se siente con el de ojos claros.
No es que esa sonrisa desafiante lo provoque o que su pecho arda implacable por la competitividad entre los dos. No es que se sienta especial por saber que es el único que lo presiona a tal extremo o algo por el estilo. Seguramente, fuese cualquiera, sería igual. Se dice sabiendo que no es verdad.
¿A quién trata de engañar? Le encanta provocar la ira del menor, ver esos ojos brillar en desafío, hacer que aquel que siempre se ve tan recto, se vea vivo. Que alce su voz, que le grite, que se libere de todas las cadenas que la moral de su dueño le ha instaurado.
Le fascina que pierda el control e intente ordenarlo, ponerle reglas, imponerse como el capitán. Le entretiene ver cómo intenta domarlo, sabiendo que es una pelea perdida. No puede evitar sonreír y picar más, sabiendo que le será devuelto, que le atacaran su orgullo hasta que el más alto crea que tiene la batalla ganada.
Y ahí él sólo dirá un par de palabras más y volverá a romper la calma. No porque no la soporte sino porque no puede permitirse perder esos momentos especiales.
Y aunque Izuminokami Kanesada sea más gruñidos que persona cuando es picado y su temperamento claramente no sea el mejor, Mutsunokami sabe, por la sonrisa que le oculta cuando cree que no lo ve, que él también disfruta de ese intercambio entre los dos.
#2 - Believe [Mutsu ft segunda unidad]
La segunda unidad, apenas formada, le hace sonreír. Y él los hace sonreír, lo sabe, aunque sean pequeñas y no esté totalmente seguro si se ríen con él o de él.
¿La verdad? No le importa demasiado mientras puedan relajarse un poco.
¿La verdad? En el poco tiempo juntos ya ni siquiera tiene que esforzarse en actuar de alguna forma porque le sale natural. Se siente natural estar con ellos, con completos desconocidos que comparten una vida bajo las órdenes del mismo maestro.
"No, ya no son desconocidos."
La voz en su interior le corrige y se siente cálido verlo así. Saber que ya puede hablar un poco de cada uno con seguridad, que los puede describir y que con pequeños rasgos que ha observado, puede saber si están cómodos. Se siente bien ser parte de algo. Incluso si ese algo está acompañado por los reclamos de Izuminokami por ser temerario o por las miradas de preocupación de Horikawa por el tono en el cual grita. Incluso si Yagen sólo desvía la mirada cuando se emociona o Tombokiri ríe nervioso no pudiendo esconder su entusiasmo.
Le gusta, le gustan demasiado.
Le gusta que cada uno sea tan diferente al otro y se sienta natural cerca de cualquiera de ellos. Le gusta relajarse con ellos, cerrar los ojos y dormir, despertar y aún tenerlos cerca. Le gusta como se siente ser parte de la segunda unidad.
Sí, definitivamente cree en ellos. Cree en que en el peor de los casos, ellos estarán ahí para cuidar su espalda. Cree sin dudar en que ya no está sólo.
Y por eso cuando la Ootachi aparece frente a él, puede lanzarse al ataque sin dudar, ya que sabe que ellos estarán a su lado para apoyarlo.
#34 - Ship [MÁS MUTSU COSAS FT SPOILERS DE KATSUGEKI]
Sí, no debería estar disfrutándolo tanto y lo sabe. ¿Lo puede evitar? Por supuesto que no.
Están en una misión, están presionados por la Armada y por no saber cual es el objetivo real que persiguen. Están en una encrucijada en la cual han dejado a Tonbokiri y Horikawa atrás. Están en mitad de una negociación con los hombres que comandaban el barco.
...Y aún así, no es capaz de controlarse a sí mismo. Sí, es un exagerado, más, la euforia le supera.
¡Está navegando después de todo! ¡Lo está dirigiendo él mismo! ¡El mar y ese barco lo reciben como si fuese uno más de la familia!
Casi es como si estuviese con Ryōma otra vez completando un trabajo, mas la idea no la profundiza y la aleja de sus pensamientos. No es momento para la nostalgia, no es momento de sentir una presión en el pecho y sentir los ojos escocer. No es momento de hundirse en algo que jamás podrá alcanzar.
No es el momento para tantas cosas y aún así, cuando Izuminokami le sugiere que se encargue de ello, un chillido de exaltación escapa de su pecho y no puede evitar apurarse al timón para comenzar a dar órdenes.
Sabe que no debe pero, aunque sea lo que dura el viaje a la orilla, se dejará llevar por los sentimientos cálidos que las olas le susurran.
#60 - Fire [Izumutsus (?) y spoilers de Katsugeki]
Le quema la vista y algo más que eso, algo que no está seguro qué es pero le hace hervir la sangre. Le hace gritar, le hace sentir la frustración y la rabia, le hace blandir su espada con una fuerza poco usual.
Es el fuego, todo es culpa de él. Los pasados, tanto el de esa ciudad como el que visitan, se superponen en la forma del gran incendio. Si cierra los ojos, puede recordar el gran incendio de Meiraki. Tantas vidas perdidas, tanta gente sin alojo, y ahora, cuando se supone que la gente por fin tendría paz...otro incendio los ataca.
Y esta vez el incendio es culpa de ellos. De ellos que no pudieron frenarlos a tiempo. De él que no hizo caso a las órdenes de su capitán sin chistar y no dio a máxima velocidad. De él que no buscó el impactar al enemigo desde el inicio.
¿Si hubiese buscado hundir al otro, se habrían salvado esas personas? ¿Se hubiese evitado el desastre? ¿Vale la pena realmente pensarlo?
Sus pensamientos son cortados por el ímpetu de Izuminokami, por sus gruñidos de ira, por el sonido de su espada cortando uno tras otro a los enemigos.
Y...y esa es otra clase de fuego. Uno que igualmente quema a la vista y que no desea observar. No quiere verlo así, no quiere ver la calma y elegancia convertidas en esa ira. No en una ira que no es amistosa como la que brilla en sus ojos frente a una broma suya. Es difícil ignorar el hecho que el pelinegro parece otro, poseído por la misma fuerza que él intenta pelear a cada segundo, por la culpa que escala por sus venas mientras el calor del fuego se siente más y más presente.
No sabe si Yagen y Tsurumaru sienten igual, si también están consumidos por el fuego, pero en ese momento no le queda más que confiar en ellos. En su vista periférica que le anuncia que se mueven buscando soluciones y no peleas. Le queda confiar en ellos que estarán bien y decide que debe cuidar la espalda de Izuminokami.
La espada y la pistola se alzan una vez más para cubrirlo, para proteger al capitán que no está pensando. Que parece más consumido que él mismo por la culpa, por el fuego de la frustración.
Izuminokami Kanesada se está quemando y él no puede hacer nada para salvarlo. Nada más que ser el soporte que puede, que disparar a quien se acerca demasiado, que cortar a quien el otro no alcanza.
Y siente que es tan poco, tan minúscula su ayuda, que se frustra aún más. Que no puede evitar gritar; gritar tan fuerte en un intento de alcanzar la razón del pelinegro, gritar tan alto para que su advertencia sea escuchada a tiempo.
Por supuesto no lo es. Cuando es necesario que actúe, nunca es útil. Nunca logra proteger.
¿No es eso lo que la historia enseña sobre él?
"No, esta vez no puede ser así."
Todo está siendo consumido por el fuego y él no puede detener a su alrededor de ser cenizas, pero, sí puede evitar que algo más se pierda...
No alcanza a pensar cuando ya ha saltado al agua.
No alcanza a pensar cuando ya se ha sumergido, cuando su mano toma una que no quiere perder y se ancla a ella con fuerza, cuando la toma como a la vida misma.
No alcanza a pensar cuando de pronto todo se vuelve luz.
Notas adicionales(???)